Reseña: Rendición, hay amores de un verano - Lina Perozo

¡Buen día, Olimpo! Nuevamente les traigo una reseña, pero ésta vez de un libro que leímos en conjunto en nuestro grupo de facebook, gracias a una asombrosa autora que nos compartió su trabajo. ¿Ya saben de cuál hablo?

Alessandro Bonanzierri es un extraordinario actor italiano, para quien el éxito es una constante en su vida, hasta el punto de ser aclamado como un ídolo de generaciones. Tiene una novia hermosa que se siente orgullosa de tenerlo a su lado. Ha estado ligado al mundo del espectáculo desde temprana edad por lo que el público cree conocer todo de él.

Samantha Steinberg es una joven y talentosa escritora norteamericana, sus manos parecen hacer magia y cada historia que publica es un éxito seguro. Su novio, un triunfante hombre de negocios que se desvive por ella y sueña con hacerla su esposa.

Ambos parecen llevar una vida de ensueño. Todo lo que cualquiera pudiera desear. Sin embargo, Alessandro y Samantha guardan un secreto. Ellos esconden dentro de sus corazones un gran amor que se quedó detenido en el tiempo y en un espacio que durante tres meses los albergó y los llevó a vivir la más hermosa e intensa historia de amor de sus vidas, esa que aún después de tres años no han logrado olvidar y les impide ser completamente felices.

Rendición: Hay amores de un verano, relata la historia de dos personajes aparentemente distintos, dos polos opuestos que se encuentran en los hermosos paisajes de la Toscana y forjan un mundo propio, donde los prejuicios, los miedos y las exigencias, no tienen cabida. Un mundo donde tuvieron la libertad para ser ellos mismos y entregarse a un amor que ni la distancia ni el tiempo lograron extinguir.

Siendo un libro tan extenso, tengo mucho que decir, pero intentaré no aburrirlos.

Al inicio, debo ser sincera, el libro no me atrajo para nada, pero tiene una sinopsis muy atrayente y eso hizo que me decidiera a leerlo. Deben estar pensando, ¿cuáles eran mis razones? Pues simple, el género erótico no es ya de mi agrado, y a medida que hacía la lectura conjunta me di cuenta que éste tenía mucho de eso, al menos ya avanzada la trama, aunque de todos modos no dejé que eso me frenara. 

Alessandro y Samantha son dos personas muy distintas, que por azares de la vida se encontraron en un paradisiaco lugar, cuando ambos habían perdido el rumbo, y sin saberlo encontraron en el otro lo que necesitaban. 

Pero el libro no empieza cuando ellos se conocen, empieza por lo que podría decirse es el final, en el presente de su historia, donde ellos son nada más que un corazón roto que añora a su mitad aunque demasiado terco para ir en su busca.

 Empezar por el presente me confundió y frustró mucho, quería saber el porqué de todo lo que estaba pasando y no soy muy conocida por mi paciencia, lo que al leer tuve que tener, y mucha, créanme, deben ser muy pacientes. No sólo por la forma en que se desarrolla el libro, sino por el par de personajes que nos toca, ya que ambos son unos testarudos totales que hacen que los queramos golpear con la tan conocida chancla. 

Alessandro y Samantha se odian a primera vista, pero también se atraen y eso es evidente para ellos aunque no para el otro. Empieza entonces una “danza” porque quieren no encontrarse, pero a la vez sí quieren y no hay quién los entienda, ¡ni ellos mismos! Es algo que llega a exasperar, si fuera por mí hubiese entrado al libro a golpearlos, pero tuve que conformarme con seguir leyendo. Y es cuando empiezan a encontrar sus similitudes, que todo empieza a fluir, la lectura se hace más amena y menos rabiosa cuando sabemos más sobre sus respectivas vidas y trabajos, algo que me ha encantado, creo que Lina supo plasmar a la perfección la profesión de cada uno, y no sólo eso, la forma detallada en que describe todo, te hace sentir como si estuvieses ahí, es tan descriptivo todo, pero sin llegar a ser abrumante. 

Me ha encantado la relación que tiene Alessandro con su familia; en especial su madre, Emilia y su hermano, Lisandro (que son quienes más aparecen en el libro) se han ganado mi corazón. Y no me puede faltar Misterio, porque de tal palo tal astilla, si me gustaba el dueño debía gustarme el caballo jajajaja. “Esto no es una competencia, quiero que dejes de lado esa idea de una vez por todas, quiero ser tu amigo no tu rival…”

He agregado ésta frase pues le viene como anillo al dedo a una de las cosas que más me molestó del libro; muchas veces alguno relataba algo sobre su vida, y en vez de indagar más sobre ella, el otro rebatía o cambiaba el tema hacia sí mismo. Entiendo el punto de hacer eso, pero se me hizo molesto que fuese tan reiterado. Junto con la terquedad de los personajes, y el sexo (que es más que nada un tema personal) eso ha sido lo único que me ha molestado del libro. Porque he amado la forma en que eran el uno con el otro, cuando decidían bajar sus barreras, claro. Cuando jugaban como si fueran chicos de 10 años y también cada que sabía un poco más de cada uno. Eso sí, Samantha no es una protagonista que me agrade mucho, odié que Alessandro tuviese que andar como un perro tras de ella, disculpándose por cada cosa que hacía y a ella le molestaba, que él tuviese que disculparse por por molestarla por ser real o porque Samantha se enojaba por cualquier cosa.

 Creo que es un personaje que se las da de madura, cuando en realidad no lo es y el que aún no decidiera a separarse de su familia pese a todo, fue otro punto en contra para ella. Alessandro por otra parte, ¡que personaje más multifacético! 

Sinceramente creo que a Lina se le fue la mano con sus cualidades, ya que se me hacía muy irreal. Odié su lado engreído, aunque en parte tenía justificación ya que no quería dejar ver mucho, no lo excusa del todo, hasta que lo perdoné cuando es tan sincero que me hizo llorar, cuando deja ver al hombre que en verdad es y no ese que muestra frente a las cámaras. Y es por los personajes que vemos al iniciar y acabar el libro, que quiero leer su continuación y final, quiero saber qué pasa con ellos y también con Lisandro, ¿por qué no decirlo?…

Le doy 4 de 5 Olimpos. Pues aunque las casi 150 primeras páginas me tuvieron golpeándome la cabeza por lo tercos que son Samantha y Alessandro, pero al ir conociendo más de cada uno, realmente te hace apreciarlos como las personas imperfectas que son, con todos sus pros y contras.

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