¡Olímpicos! ¿Cómo han estado? Yo,
mejor, gracias, tenía un tiempo sin pasar por acá, pero muy pronto me tendrán
de nuevo –espero– de momento les cuento que este libro, me tiene con
sentimientos encontrados, y cuando lean esto estaré igual. Es una historia que
me gustó mucho, creo que el conflicto interno que tengo es por el género, pero
consultando, como buena Diosa de la sabiduría, creo que llegué a un punto, y es
que no lo considero tanto suspenso, o no principalmente, sino que es más
histórico.
Además, les cuento que tenemos
una nueva adición a las reseñas y especiales, y es que tendremos en PINTEREST
un tablero con cada libro, y en WATTPAD un libro donde estarán todas las frases
que utilizamos para los especiales. No siendo más de momento, aquí vamos.
La novela arranca en la ciudad
francesa de Narbonne, donde
Mario, uno de los protagonistas, viaja para arrojar
al río las cenizas de su esposa. Sin embargo, en el último instante, decide
lanzarse él también al agua. Solo la intervención de un enigmático anciano que
aparece de repente, evita que ocurra.
Jean, que es el nombre del recién
llegado, le confiesa que necesita su ayuda. Siente cerca el final de su vida y,
en las últimas semanas, ha cobrado fuerza en su interior la necesidad de
resolver un asunto que tiene que ver con un pasado que no recuerda a causa de
un accidente. Mario se resiste en un principio a ayudar a aquel desconocido,
pero termina accediendo convencido de que ya no le queda nada por lo que seguir
respirando.
El punto de partida no invita
precisamente al optimismo. Jean solo cuenta con una vieja fotografía y el
recurrente recuerdo del mar y de las amapolas.
No obstante, eso no es obstáculo
para que emprendan un viaje al pasado con tal de recuperar las piezas de un
puzzle lleno de sorpresas, de secretos, de muerte incluso. Pero, al mismo
tiempo, es un viaje a la raíz misma de la naturaleza, de la de los dos. La
presencia del mar, como también del espíritu de Berta, la esposa de Mario, será
continua y fundamental a lo largo de su particular odisea.
Voy a iniciar esta vez por la
extensión del libro, es que a pesar de las páginas -que son pocas para mi gusto
usual- me parece que sí engloba todo y lo desarrolla, que es lo importante. ¿me
faltaron cosas por saber? creo que sí, del matrimonio de ambos personajes.
Tenemos por un lado a Mario, un
personaje lleno de dolor y desolación, esa nostalgia que sentimos cuando un ser
querido y amado parte, quien al intentar tirar las cenizas de su esposa decide
tirarse él también y por el otro tenemos a Jean, al que más adelante conocemos
como Miguel, quien luego de un accidente queda sin memoria y para evitar el
suicidio del primero, le pide un favor, y toda una aventura empieza.
Pasamos a conocer momentos de la
vida de cada uno de ellos, en años pasados en regresiones que hacen bien sea
para contar sucesos o que ellos se queden pensando.
Cada momento vivido que nos
cuenta, cada lugar nuevo que visitaban, y personas que conocían tenían mucho
que dar a la historia y eso me gustó, no sentí personajes de más o momentos que
estaban en el limbo.
¿Me gustó? Sí, realmente la
historia es buena y a nivel ortográfico, muy pocas cosas encontré que llamaron
mi atención.
¿Algo malo? En algunos lugares
encontré que era género del libro era suspenso y esperé mucho más, pero
recapitulando y centrándolo en otro género, como narrativa, histórica o
similares, es muy bueno y detallado.
¿Lo recomiendo? Sí.
Le doy, 4 Olimpos, debido a que
quisiera saber qué pasó con Mario y sus últimos acompañantes en la nueva
aventura. Les dejo el link del libro por si se animan a leerlo.
Bueno olímpicos, hasta la próxima
ocasión, ¡coman papas fritas y chocolates por mí!
-Atenea.
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