Cómo
me volví adicta a la lectura
Esta historia comenzó hace muchos
años atrás, probablemente delataré mi edad actual al escribir esto, pero eso es
lo de menos.
Corría el
año '89, en el sur de Chile, un lugar lluvioso, muuuuuy lluvioso, tanto así que
solía decir que disfrutábamos de nuestro verano con 5 días de sol al año. (Me
centro en esto porque es importante para lo que sigue). ¡Bien! Decía que el
clima era tan malo, que para una pequeña niña de 6 años a esa fecha, no se me ofrecían
muchas actividades para realizar al aire libre, y sobretodo porque me habían
detectado asma crónico y tuve que desechar hasta mis muñecos de peluche,
¡blablablá!... En el colegio ya había comenzado a leer, en realidad no me costó
mucho, tuve bastante cercanía a los libros desde pequeña… Fue entonces, cuando
revisando los de mi mamá, encontré uno que tenía una portada que para una niña
era bastante llamativo.
El libro era el siguiente:
El libro era el siguiente:
Fue
maravilloso encontrar una historia tan bella, en un libro de mi mamá (a esa
edad una piensa que los adultos son complicados y aburridos), ¡Pero no! Había
encontrado un tesoro en mi hogar.
Cómo no
habían tantos recursos, acudí a mi madrina, quien tenía en ese entonces tantos
libros como el alto de su pared (Para mí era enorme, porque debo haber medido 1
metro y algo a esa edad).
Ella me
prestó a PAPELUCHO, y volví a quedar maravillada. Fue mi primera SAGA que pude
leer completa.
Era tanto
mi afán por la lectura que continuamente molestaba a mi familia para poder
acceder a algún otro título interesante: Mi abuelo me regaló La Cabaña del Tío Tom, un colega del
trabajo de mis padres me regaló Las
Aventuras de Tom Sawyer. Y cada día que transcurría en el colegio era
maravilloso, porque había ¡¡¡LECTURA OBLIGATORIA!!! ¿Lo pueden creer? ¿Te obligan
a leer? (Eso es simplemente porque a algunos no les gusta, ¡Ah! Y porque el
Ministerio de Educación pone algunos tipos de géneros literarios específicos
para que aprendas).
Para mi
jamás fue obligado, disfruté de Juan
Salvador Gaviota, El Quijote de La
Mancha, Golondrina de Invierno, y
muchos otros más que pasaron por mis manos. ¡Leía de todo! Hasta las etiquetas
del de los productos de limpieza que estaban en el baño cuando no había
revistas ni celulares…. Probablemente era la “nerd” de la época, pero no me
importaba absolutamente nada más que leer, mmmm... Bueno, Fox Mulder también,
pero eso es tema para otro día.
Eso, hasta
que fui mamá…. No, no dejé de leer… Sólo que el volumen de tiempo que utilizaba
para eso, cambió… Mis novelas y libros, ya no tenían 400 páginas como mínimo,
sino que a lo mucho eran 4 páginas y tenían texturas y colores entretenidos.
Cambié, pero no para mal, si no que me adapté para transmitir a mis pequeñas el
amor por la lectura desde su más pequeña infancia. Lo bueno de esto, es que
pude transmitirlo a mi pareja, y él se ha sumado a mi campaña de “sembrar
lectura” a nuestras bebés”.
Ahora,
busco mis espacios para leer tranquila, y debo admitir que el boom de los ebook
me ha ayudado bastante en eso, ya que no necesito tener la luz encendida, sino
que simplemente la pantalla ilumina los textos que devoro hasta altas horas de
la noche. Mis hijas saben que me gusta disfrutar de libros por horas. El contar con independencia económica también
ayuda bastante, y en vez de comprar zapatos extra o carteras, yo invierto en
libros. Creo que son la mejor herencia que uno puede dejar… Y hasta el momento encontrarme entre el grupo de diosas, me ha llevado a nada más que fortalecer el amor por la lectura que ya traía en mi código genético hace años... ¡Gracias por los vicios sanos colectivos que te llenan la mente de historias y son capaces de transportarte a un sinfín de mundos mágicos! ¡Que te llenan el alma de personajes eternos que siempre estarán ahí cuando tengas el libro en tus manos!
¿Y tú que piensas?
¿Cuál fue tu historia? ¿Qué tipo de literatura te llama más la atención?
**Hécate**
“Leo porque me
resulta mejor que no hacerlo. Leo porque no puedo no leer. Leo por hábito, lo
que es censurable y poco inocente. Leo, incluso, porque cada lectura me ha dado
motivos más fuertes para continuar haciéndolo”
Luis Carlos Torres
Soler
Me encanta! Compartimos más de una historia. Yo también me bebía los libros que pasaban por las manos, es verdad que algunos que me obligaron a leer en el colegio no me gustaron mucho, pero me deleitaba con otros que caían en mis manos. Hace 19 meses fui madre y me ha pasado lo mismo. Cambié las novelas por los cuentos y me encanta!
ResponderBorrarBesos
Jejejeje Me alegra mucho saber que tu experiencia es similar a la mía...
BorrarMuchas gracias por compartir tu opinión con nosotros!!
**Hécate**
Hola, participo en la iniciativa Seamos Seguidores también y ya te estoy siguiendo. Espero que puedas seguirme de vuelta.
ResponderBorrarNos leemos. Besos ^^
Hola!! Ya te seguimos de vuelta!
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