¡Hola Olímpicos!
Aquí les dejo (con mucha emoción) la primera reseña que me ha tocado compartir con ustedes.
España, 1920
«Las mujeres no tienen voz ni voto en ningún asunto. Los trabajos que les ofrecen son simples e ideales para toda dama: secretaria, telefonista o costurera, y todo eso, con el debido permiso de sus padres o marido.
Juliette León es una señorita llena de ideales
que anhela convertirse en una mujer independiente y libre de prejuicios
sociales, en donde lo mejor a lo que se puede aspirar es trabajar como una ama
de casa frustrada con la vida.
Ella sabe que para lograr la independencia,
primero tiene que dejar la casa familiar y sin mucho, solo consigue que la
dejen trabajar como costurera en “Le Rose”, un taller de costura italiano.
Ahí conoce a Cassandra, una idealista como ella
que abandonó su pueblo en un intento de encontrar algo mejor.
Sin embargo existe la otra cara de la moneda.
Dentro del taller también conoce a Alejandra, una dama subyugada por su marido
y a la tierna Clarita que, al igual que Cassandra abandonó el pueblo donde vivía
para una vida con mayores beneficios, pero ella todavía estaba en busca de su
príncipe azul.
¿Podrá Juliette demostrar su valentía en este
mundo machista o el amor llegará a su puerta de forma inesperada?.»
La historia se desarrolla en los años 20, y
comienza a dejarnos conocer una protagonista idealista, soñadora y de carácter
firme, que desea independizarse y para ésto pide a su padre la oportunidad de ocupar un
puesto ejecutivo en la empresa que él dirige.
Francisco León, dueño de una empresa de telecomunicaciones
y padre de Juliette (la protagonista), al principio me pareció un padre
comprensivo puesto que incluso apoyaba el hecho de tener una hija con ideas un tanto
adelantadas a la época, y a pesar de haberle negado la oportunidad de
trabajar para él (pues nunca, hasta entonces una mujer había ocupado un puesto
ejecutivo en alguna empresa), no criticaba el hecho de que Juliette
nadara contra corriente al mostrarse inconforme con su realidad no igualitaria
en un Madrid de los años 20. Lo cierto es que a lo largo del relato, este
personaje se fue convirtiendo en una carga para la felicidad de los
protagonistas, y una vez trató de imponer sus ideas a Juliette (violentamente), perdió
mi empatía y como lectora le odié un poco hasta el final.
Con el objetivo de llevar a cabo su cometido de
independencia, Juliette acepta un trabajo como costurera, en el taller de una
renombrada boutique, y en este lugar conoce a Cassandra y Alejandra; dos
personajes que irán cobrando relevancia a lo largo de la historia.
Alexander Salvatore, es ese tipo de galán
literario que parece perfecto. Personalmente me gustó incluso más que el mismo
personaje de Juliette, pues además de ser bueno y noble, él fue el encargado de
casi todas las frases bellas del libro. Debo decir, que me hubiese gustado conocerlo
un poco más, entender de donde vino, entender por qué su padre y su abuelo
actuaron tan despiadadamente ante su relación con Juliette y saber más sobre la
bella complicidad que aparentemente Alex tenía con su madre.
Para mi gusto, Alex se llevó la historia,
podría jurar que arrancó más suspiros que la propia protagonista y por esa
misma razón, mi curiosidad quedó insatisfecha con respecto a él.
Alejandra, por su parte, vive una situación
compleja al principio, que termina en un final feliz junto al primo de la
protagonista. Esta pareja me gustó de forma especial, y debo confesar que
incluso ellos y las dificultades que tuvieron que vivir desde que se conocen,
para luego continuar juntos; me atraparon incluso más que la historia central,
por lo que también me hubiese gustado mucho que no desaparecieran tan
repentinamente.
Cassandra, por su parte, quien comparte nombre
y apellido con la autora del libro, me encantó como personaje; su carácter
divertido y su franqueza fueron los que me hicieron tomarle cariño muy rápido. Y
nuevamente me atreveré a decir, que incluso ella me gustó más que Juliette. (Digamos
que si me tocase reescribir el final del libro, en un evento mágico y
extraordinario; yo le daría un giro loquísimo en el cual Alexander y Cassandra
se enamoran y huyen de ese pueblo donde todos se meten en los asuntos que no
son de su incumbencia y así evitar que Cassandra se quede con el personaje que,
a mi parecer, merecía por lo menos que todos le dejaran de hablar por haber
sido la causa de que todo se fuese al traste durante casi la mitad del libro.
Lo bueno del libro:
Es un libro corto, que lees en un par de tardes, con una historia entretenida, ciertas partes divertidas y su buena dosis de miel derramada en bellas frases. Una historia jovial y bonita, en general, con final feliz y todo eso que nos gusta. Un par de protagonistas emblemáticos; la idealista que se debate entre ser libre o enamorarse y el chico encantador que se termina ganando el corazón de la rebelde Juliette (y de paso el mío).
Es un libro corto, que lees en un par de tardes, con una historia entretenida, ciertas partes divertidas y su buena dosis de miel derramada en bellas frases. Una historia jovial y bonita, en general, con final feliz y todo eso que nos gusta. Un par de protagonistas emblemáticos; la idealista que se debate entre ser libre o enamorarse y el chico encantador que se termina ganando el corazón de la rebelde Juliette (y de paso el mío).
Lo no tan bueno del libro:
A mi parecer, hay una serie de cosas que surgen y otras que desparecen de la nada, y que pudieron ser explicadas con un poco más de calma aunque esto volviera la historia más larga. Creo que esta historia transcurrió muy rápido, y no hablo de la extensión de la misma, sino de lo pronto que algo sucedía y terminaba en un mismo capítulo. Supongo que algunos lectores disfrutamos saber a detalle ciertas cosas; desde poder imaginar las calles de la ciudad en que la historia transcurre, hasta saber qué hay detrás del carácter o de las decisiones y vivencias de los protagonistas. De igual manera, hubo personajes muy fugaces que seguramente también pudieron tener una explicación y un espacio y evitar sacarlos de la historia así, de pronto.
A mi parecer, hay una serie de cosas que surgen y otras que desparecen de la nada, y que pudieron ser explicadas con un poco más de calma aunque esto volviera la historia más larga. Creo que esta historia transcurrió muy rápido, y no hablo de la extensión de la misma, sino de lo pronto que algo sucedía y terminaba en un mismo capítulo. Supongo que algunos lectores disfrutamos saber a detalle ciertas cosas; desde poder imaginar las calles de la ciudad en que la historia transcurre, hasta saber qué hay detrás del carácter o de las decisiones y vivencias de los protagonistas. De igual manera, hubo personajes muy fugaces que seguramente también pudieron tener una explicación y un espacio y evitar sacarlos de la historia así, de pronto.
Le doy 3.5 rayitos, porque considero que la
historia se presta para ser contada sin prisa y regalarnos más vistas al corazón
y mente de Juliette y Alex.
Excelente reseña. Leí un poco cómo parte de una cadena de lectura y Juliette no me parecía una protagonista empoderada. Habrá que darle otra oportunidad.
ResponderBorrarQue bonita reseña, dan y no dan ganas de leer este libro..🙈🙊
ResponderBorrarQue bella reseña
ResponderBorrarMe llama la atencion, asi que lo tendre en cuenta para leer
ResponderBorrarMe atrapo más la reseña que la sipnosis!
ResponderBorrarMuy buen comienzo Gaia!
Con esta reseña no sé si leer o no leer el libro ajajaja, de todos modos, gracias por esta!!
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