Estereotipos de belleza

¡Hola familia olímpica! Esta es mi primera vez por aquí en el blog y me estreno con una entrada libre, en la cual me costó decirme por un tema en particular y que realmente les llegara o les lograra trasmitir algo de lo que soy. En medio de la búsqueda, me topé con un tema muy sonado en esta época y que, personalmente, lo viví y sé que a muchas personas también les ha tocado, quizás en diferente proporción o magnitud, pero somos seres humanos tratando de sobrevivir en una sociedad que va definiendo qué está bien o mal según su conveniencia.




Según Wikipedia, la palabra «estereotipo» es la percepción exagerada y con pocos detalles, simplificada, que se tiene sobre una persona o grupo de personas que comparten ciertas características, cualidades y habilidades, que busca «justificar o racionalizar una cierta conducta en relación a determinada categoría social». Regularmente, los estereotipos son basados en prejuicios que la sociedad establece conforme su ideología de «modelo a seguir» de conducta o características físicas, estos van cambiando conforme el paso del tiempo. 

Y, «belleza», según Wikipedia, es una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de la existencia humana. La belleza se estudia dentro de la disciplina filosófica de la estética, además de otras disciplinas como la historia, la sociología y la psicología social. Vulgarmente, la belleza se define como la característica de una cosa que, a través de una experiencia sensorial (percepción), procura una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción. En este sentido, proviene de manifestaciones tales como la forma, el aspecto visual, el movimiento y el sonido, aunque también se la asocia, en menor medida, a los sabores y los olores. En esta línea, y haciendo hincapié en el aspecto visual, Tomás de Aquino define lo bello como aquello que agrada a la vista (quae visa placet).



En resumen, para mí, son una serie de características impuestas a una persona o grupo de personas por la sociedad, donde ellos definen qué es estético y qué no; qué es bueno y qué no, según una serie de criterios que me hacen pensar todo el tiempo por qué hemos permitido tanto a lo largo del tiempo. Y es que, mis olímpicos, no solamente en esta época estamos viviendo lo de cumplir con un estándar de belleza basado ¿en qué? ¿En lo que les conviene para seguir vendiéndonos un ideal de belleza que difícilmente se acerca a «perfección» que ellos buscan o creen tener la razón?

A través del tiempo, las personas han variado mucho con la concepción de belleza y es que, desde la era paleolítica, en donde la belleza se acentuaba en las mujeres con cuerpos robustos, pechos grandes y caderas prominentes y los hombres entre más robustos y con más vello corporal, eran lo bello de esa época. Sin contar que, en la alta sociedad china, las mujeres de pies deformados eran los cánones de belleza ya que eran virtudes que pocas poseían y eran vistas como algo único.

Es aquí donde me pregunto por qué en la sociedad actual los patrones de belleza en las mujeres son delgadez, altura, ojos claros, labios prominentes y si hablamos de los hombres, musculosos, ojos claros por supuesto y la lista seguiría.


Se preguntarán en qué momento todo esto nos afectó al 98% de las mujeres en el mundo (según estadísticas). No estamos conformes con nuestro aspecto físico, para la mayoría de los adolescentes, perder peso se vuelve tan importante en sus vidas que terminan arriesgando su salud, desarrollando trastornos que difícilmente salen de ellos. La presión social es tanta y los medios de comunicación también son culpables por ese afán de vender lo que sea al costo que sea.


Todas en algún momento de nuestras vidas nos hemos mirado al espejo y resoplado por algo que no nos gusta, algunas veces las enfrentamos, otras las escondemos y, en mi caso, fui víctima durante mucho tiempo de lo que veía en mi reflejo y fue tanto el descontento que tenía por no saber apreciar lo que era en ese momento, que me convertí en una ermitaña, insegura hasta de un simple saludo amable de un persona, por no creerme lo suficiente para  algo tan simple como lo anterior… Hubo momentos en los que me sentía sucia con solo mirarme un dedo de la mano. No se trata de hacerlos sentir triste o que digan: ¡ay, pobre!, no, es de mostrarles cómo logré salir de ese infierno y «no comer cuento», como dicen por aquí.  Esto es un proceso largo y doloroso, mis olímpicos, aquí la clave es rodearse de gente que sea dolorosamente dura contigo y que te ame por sobre todas las cosas, de sacar gente que no sume nada bueno a tu vida así sea parte de tu familia. De empezar a enumerar todo lo bueno que tienes como ser humano, de mirarte al espejo y engrandecerte con lo que ves.



Sé que no es fácil y se convierte en una lucha constante entre lo que queremos ver y ser y lo que la sociedad nos ha metido en la cabeza. Mi salvación tocó a mi puerta un día, fue un doloroso encuentro, y fue la realidad de que muchas personas que tienen menos que nosotros, pero viven felices con lo son. Fue difícil mirarme al espejo un día y compararme con alguien que es «bello» o tiene todo perfecto, según nosotros, pero, ¿quién nos cuenta si ese símbolo de belleza para nosotros no tiene las mismas inseguridades que nosotros?


No pensemos, ni nos reflejemos en los demás. Aprendamos a ser únicos y a atrevernos a sentirnos bellos. Recuerden que la belleza es subjetiva y lo que para unos son grises para otros es un bello arcoíris. 




Mírate.
Sonríe.
Y repite: «Soy bella porque yo lo digo.
Soy lo mejor, porque yo lo digo.
Mis defectos son mi mejor atributo.
Sonríe.
Soy bella.
Soy lo mejor.
Soy perfecta siendo imperfecta.»



Comentarios

  1. Que bonita entrada. Todas nos hemos visto golpeadas por los estereotipos de belleza y sentimos que nadie nos quiere por no encajar en ellos. A mi me gusta repetír la frase que sale en The Helps (Tu eres amable; tu eres hermosa, tu eres inteligente). :)

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  2. Me encantó esta entrada. Tan cierto, muchas nos hemos dejado llevar por los estereotipos que marca la sociedad.
    Bienvenido Tánatos.

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